Puedo ser un buen ejemplo para los demás.
Compare esto con la obra misional. Con Cristo como nuestra fuente de luz, actuamos como el espejo que refleja el amor y la verdad que ofrece. Podemos reflejar esto a los hijos de nuestro Padre Celestial. Puede haber algunos que parezcan inaccesibles e imposibles de alcanzar. Sin embargo, ellos también pueden recibir la luz del evangelio. Puede que tome tiempo y esfuerzo buscar formas de alcanzarlos, pero con diligencia y fe podemos tener éxito.
¡Sea una luz brillante!
En el Sermón del Monte, Jesús dijo:
“Brille tu luz delante de los hombres, para que vean tus buenas obras y glorifiquen a tu Padre que está en los cielos”( Mateo 5:16 ).
¡Sea una luz brillante!
El apóstol Pablo enumeró algunas formas en que podemos convertirnos en ejemplos para que nuestras luces brillen:
De palabra y conversación —Hablemos con respeto, manteniendo limpio nuestro lenguaje y evitando palabras que puedan herir u ofender.
En caridad: podemos ayudar a las personas que se sienten solas, enfermas o desanimadas y animarlas.
En espíritu: nos esforzamos por ser amables, agradecidos y perdonando.
Con fe: confiamos en el Señor y en Su palabra.
En pureza: somos limpios de cuerpo, mente y espíritu.
Cómo nos destacamos
Las oportunidades de brillar nos rodean cada día. A medida que el mundo se aleje más de los mandamientos de nuestro Padre Celestial, nos destacaremos porque:
Nos vestimos modestamente.
No usamos blasfemias.
No participamos de sustancias nocivas.
Hacemos elecciones de medios que mantienen al Espíritu en nuestros hogares y nuestras vidas.
A cada uno de ustedes les digo que son un hijo o una hija de nuestro Padre Celestial. ¡Has venido de Su presencia para vivir en esta tierra por una temporada, para reflejar el amor y las enseñanzas del Salvador, y para dejar que tu luz brille con valentía para que todos la vean!
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Prepare varias hojas de papel en las que haya escrito acciones(o también puede dibujarlas) que den un ejemplo, tanto bueno como malo. Pida a algunos de los niños que saquen una hoja de papel de una caja y se turnen para leerlas. Pídales que decidan si la situación pone un buen ejemplo o un mal ejemplo. Coloque los papeles sobre la pizarra, ya sea bajo el encabezamiento que diga “Buen ejemplo” o “Mal ejemplo”.(pueden pegar caritas tristes y felices para que los más pequeños identifiquen). Por ejemplo: “Me visto con ropa modesta” se colocaría bajo “Buen ejemplo”, y “A veces digo malas palabras” se pondría bajo “Mal ejemplo”. Ayude a los niños a encontrar el pasaje de Mateo 5:16, a leerlo y a aprenderlo de memoria. Testifique que Jesucristo fue un ejemplo para todos nosotros.
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